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Diversidad cultural: materiales para la formación docente y el trabajo de aula; volumen 3

Liberales solo mujer interesados 906718

Ese proceso obliga a su población a moverse por el territorio a razón de las continuas coacciones de distintos grupos interesados en controlar las zonas donde estas personas habitan. Los grupos armados que fueron comunes en América Latina durante la década de los sesenta y los primeros años de la década siguiente f ueron desapareciendo paulatinamente, excepto en Colombia, donde no sólo se han mantenido, sino que han coexistido varios con diversas tendencias ideológicas. A su llegada a la ciudad, las mujeres se ven obligadas no sólo a hacer frente a todas las dificultades propias de un territorio desconocido, sino también a otros problemas específicos como la discriminación y la violencia por razón de género. Desde el interés por conocer lo que ha supuesto el desplazamiento para estas mujeres jefas de hogar, el enfoque de la investigación ha sido predominantemente cualitativo. La realización de la mayoría de las entrevistas en los domicilios de las informantes nos ha permitido situarnos en el contexto en que transcurren sus vidas cotidianamente. Hemos trabajado con un grupo de 42 mujeres jefas de hogar, seleccionadas de entre las diferentes instituciones gubernamentales y organizaciones implicadas en las labores de atención a la población desplazada. Los criterios para la selección de la muestra fueron los siguientes: — Jefatura femenina: mujer que ejerciese actualmente ese rol o, cuanto menos, lo hubiese ejercido en el momento del desplazamiento forzado a la ciudad de Medellín. El promedio de edad ha sido de A pesar de estas dificultades, en todos los casos se trataba de lugares que ofrecían las condiciones mínimas para que estas mujeres y sus familias pudiesen cubrir las necesidades de sobrevivencia cotidiana.

Ambas expresiones sugieren una encrucijada. Los modernos estaban obsesionados por averiguar qué época la mujer, qué querían las mujeres. Se abrió algo así como una competencia por establecer los modelos de feminidad y, por tanto, la expectación de que existieran modelos diferentes de mujer también mujeres rebeldes, trasgresoras, cercanas a la bohemia. Pero en todo caso el modelo de mujer con el que se conjugan el reformismo y el republicanismo en igual ley, es el que remite a la mujer madre. La importancia de la educación para las mujeres estaba justificada por su condición de compañeras de los hombres y educadoras de los hijos. Si para el liberalismo la educación de la mujer era fundamental en su labor de educadoras de ciudadanos, y esta educación debía acoplar la religión como una cuestión básico, para los republicanos solo una adiestramiento libre de influencias religiosas y clericales garantizaría la emancipación de la madama. De hecho, la feminización de la religión, junto con el hecho de que las mujeres, ya desde el Sexenio, se hubieran significado a favor de la unidad religiosa de España, y que hubieran sido cooptadas por el movimiento católico en su despliegue de actividades piadosas y benéficas, hizo que el anticlericalismo republicano contribuyera a la creación de una imagen negación de lo femenino, al vincularla a la religiosidad y sus excesos[iii]. Si el sufragio universal es un derecho individual, no hay razón que apoye el privar de él a las mujeres, que constituyen la mitad del género humano. Había que demostrar que el sexo, por encima de cualquier otra consideración, dictaba los derechos políticos de las mujeres.

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