Encuentros

Martina Con Vistas Al Mar

Busco niñato pollon 345926

El primero de estos relatos que leí me sorprendió, antes de nada, por su soporte: fotocopia de fotocopia que iba de mano en mano. Y varias veces, como atestiguaban las letras porosas, ya casi borradas. Se trataba de Gracias mil al imperio. El estilo era audaz, proteico, caleidoscópico. Las frases tejían una selva luminosa en eterna fermentación, colorida como un reportaje sobre orquídeas en una gran tele de plasma. Tomaba un tópico y lo devolvía sangrante. No buscaba le mot juste, sino que encontraba la imagen exacta, y ésta caía al alma como la yuca al puchero mexicano. La crítica, con sus entelequias y sus Boom: nuevos caminos, por puro mecanicismo, han de venir después. Su material literario viene de una receta personal que incluye una mente enrevesada pasada por huevo y harina e introducida entera dentro de la freidora.

Empero que Damon Lindelof, el principal arquitecto de la tortuosa trama de Perdidos junto con J. Abrams, sea un maestro a la hora de ingeniar y diseminar cliffhangers no implica que sea un buen guionista. De acción, Lindelof es un pésimo guionista. Un Rob Liefeld del audiovisualpara entendernos. Los guiones de Damon Lindelof carecen de coherencia interna. La coherencia interna no es un detalle anecdótico para estudiantes de narrativa: es la piedra de clave de todas las obras de ficción.

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