Encuentros

50 sombras de taylor# 1

Mensajes para adultos 641343

Luis tarda dos horas en dormirse. Mario sólo quiere jugar a pintarse las uñas, se pone mil gomas y coletas, usa una toalla para simular que tiene el pelo largo y le quita las faldas a su hermana para ponérselas él. En todo caso, que se vista como quiera… en casa. Cuando un bebé nace, el personal sanitario le mira los genitales y, habitualmente, sólo atendiendo a la forma que presentan se le asigna un sexo: niño, si ven un pene y un escroto cerrado, o niña, si ven una vulva. Es muy frecuente que el sexo asignado al nacer coincida con lo que las niñas y niños expresan, cuando a partir de los dos años aproximadamente, empiezan a decir de sí mismos, a través de la palabra o de los juegos. Pero como se trata solo de una coincidencia, en ocasiones no ocurre así. Y en esos momentos, empiezan los líos sobre qué responder y cómo actuar. Pero la realidad es que ha sido una cuestión de carambola que sus hermanas y hermanos se sientan a gusto con el sexo que les hemos asignado al nacer.

Del mismo modo, espero que disfrutéis de la libertad y la independencia que proporciona trabajar desde casa. En levante artículo de la revista Wired se habla del futuro de las oficinas. Por cierto, la persona que haya programado mi teléfono para que suene Habla el corazón cuando recibo un mensaje… La broma tiene su gracia. En la fiesta de despedida de las antiguas oficinas me pareció bastante divertida.

Pienso en no contestar pero las viejas costumbres nunca mueren. Me vendría perfectamente un nuevo trabajo. Por lo general, mi jefe cubría todas estas cosas, pero el tío se cayó armatoste al lado mío, de causas naturales por supuesto, así que estoy sin trabajo hasta que algo entre en juego. Prefiero tener un trabajo ameno, pero ahora mismo, estoy dispuesto a considerar cualquier cosa. Así que cuando mi viejo Jefe de Operaciones me dijo que había un puesto en una empresa de seguridad privada, me interesó bastante. Un hombre que se abrió camino solo y acaba de hacer sus primeros mil millones. Welch se ríe. Como el Monte Rushmore.

Leave a Reply

Your email address will not be published.