Publicidad Es normal que una vagina sepa y huela a vagina. Al mismo tiempo, hay lubricantes con sabores y empresas que venden suplementos que prometen hacer que nuestra vagina parezca una macedonia. Todo esto refleja una cultura de la vergüenza en lo que respecta a nuestras vaginas. PeopleImages via Getty Images Cuando era adolescente, esta cultura de la vergüenza se manifestó en el rechazo de mis parejas a la hora de comérmelopese a que a mí me parecía bien hacerles sexo oral a ellos. Ese comportamiento me parece muy raro ahora, pero en aquella época constituía una parte fundamental de mi femineidad. Incluso aceptamos que el semen sepa fatal en ocasiones. Pero las vaginas no requieren ninguna alteración. No necesitan una envoltura determinada ni sabor a helado. Hasta cierto punto, creo que incluso aceptamos que sepan fatal en ocasiones.
Lauritsen Con el verano llegan las altas temperaturas y qué mejor remedio para sobrellevar el calor que disfrutar de refrescantes baños en uno de los tesoros que guarda Tenerife, sus charcos y piscinas naturales. Agua salada y cristalina, que invade a aquellos que los disfrutan del frescos al buceador. Otros de estos rincones, si no les es molestia, los seguiremos guardando con recelo para los isleños como nuestro pequeño secreto, del que solo nosotros podamos disfrutar. Bajamar Si buscas un lugar con un magnetismo singular que te atrape desde el primer momento, tu destino es Bajamar. Admirar cómo se baten las fuertes olas del mar contra el dique, entretanto te das un apacible baño en una de sus dos piscinas naturales, es un privilegio que no te puedes perder.
Fechar sobre Silvania es abrir las umbral de su pasado pero, sobre todo, es arriesgarse a entrar a un municipio lleno de historias y sorpresas. Otras fuentes dicen que Zeratema, la esposa de Usatama, fue la que logró la alianza de los pueblos de este valle para hacer fachada al zipa. Las guerras entre sutagaos y chibchas tribu a la que pertenecía Saguamachica fueron aprovechadas por los españoles para la conquista del bailía colombiano. Incluso, con esta se pagaba el café que se cosechaba en sus parcelas. Era tanta su libertad que tenía un reglamento de trabajo propio. Algo que hoy en fecha se puede apreciar en las fincas destinadas para el agroturismo. Datos del municipio.