Tras muchos años de confinamiento en mi habitación, lamentaciones e insatisfacción generalizada tuve 2 relaciones amorosas. Efectivamente, ninguna de las dos funcionó. Me sentía sola porque no me encontraba bien conmigo misma. Era como ofrecerle a un invitado un plato que ni yo misma me quería comer. Tenía un gran problema de autoestima. Proyectaba soledad y soledad tenía. Esto es una realidad. Es hora de tomar el toro por los cuernos y dejar el papel de víctima.
Abecé de foto, Michelle Lloyd tiene 33 años y se siente sola. Necesitar de este tipo de gente en tu vida puede ser muy duro. Es amigable y charlatana y le gusta su trabajo: parece tener todo encaminado, pero se siente sola. Abecé de foto, Michelle es una andoba habladora y le gusta su trabajo, pero se siente sola.
Lo recuerdo bien. Las vivía como poco muy incómodo. Una sala enorme con mesas altas con comida mientras grupos de tres o cuatro personas que ya se conocían charlaban en corrillo. Tener 22 años y estar rodeado de hombres desconocidos vestidos con golilla y expresión seria puede ser intimidante. Por fortuna he aprendido mucho. Todo era un juego y si poco te ponía nervioso solías interpretarlo como emoción, no como miedo.