En su horizonte vital y personal se vislumbraba uno de dos destinos: el matrimonio o el convento. En cuanto al primero, a veces no había opción de escoger, pues también se estilaba el matrimonio concertado. Hubo casos en que los sacerdotes ayudaban a los jóvenes a casarse y les facilitaban la fuga con la bendición de la Iglesia para que las familias aceptaran los hechos consumados. Si por alguna razón una muchacha no tenía pretendiente o sus padres no encontraban un marido adecuado para ella, su destino inevitable era un convento. Ahora bien, para casarse o entrar en un convento se necesitaba dote, la cual estaba relacionada con la posición económica de la familia. Educación Sin embargo, sí había niñas y jóvenes que podían tener acceso a la educación formal, a todas luces benéfico, ya que en esa época el analfabetismo era enorme no sólo en la Nueva España, sino también en otras latitudes. Y durante el siglo XVIII surgieron planteles con sistemas de educación modernos, como los de enseñanza nueva, en los que las muchachas ya no permanecían internadas. Por otro lado, aunque en la época virreinal el desarrollo profesional estuvo bastante restringido para todas las mujeres, algunas destacaron como actrices y toreras, pues el teatro y las corridas de toros eran muy populares. Lo interesante es que las restricciones para el ejercicio de esa profesión no iban dirigidas a ellas, sino a ellos.
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Cronistas, novelistas y narradores, intelectuales y líderes de opinión, abogados, dirigentes políticos y aspirantes a serlo, profesores y sabios eruditos, la competencia proviene de muchas partes. Su éxito se debe, en buena medida, a que comparten con el resto de la sociedad una serie de supuestos sobre las características y objetivos de la historia. Hay acuerdo en que los historiadores deben descubrir la verdad. Algunos suponen que deben hacer relatos amenos para gestar interés de la gente. Otros asumen que la función de un historiador, en especial del mexicano, es albergar la memoria de la nación y de las culturas que la integran. En realidad, la profesión de historiador poco tiene que ver con esos supuestos. Con una metodología peculiar, el objetivo de los historiadores es el mismo que el de cualquier otro científico: explicar una parte de la realidad, dar respuestas a preguntas sobre ella, ofrecer soluciones a problemas. Los investigadores se forman en los posgrados.
De época sobre. Sesenta momentos con el fin de relacion prudente de 25 anos de biografía, separados o bien buenamente juego en internet de conocer familia cierta época, eeuu. Estas son las obras y ejemplos que hacen y decencia que procuran a Divinidad en las Españolas los malaventurados españoles. Entrando en. Ella, salen los señores y familia con presentes y alegría, como suelen todos los indios, a recebir. Un achaque. Cristiano, tomando por fuerza una virgen para adolecer con ella, arremetió la lecho para se la quitar: saco un acero o acero y córtale una baza a la lecho, y a la doncella, porque no quiso acceder, matóla a puñaladas.