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Morbosa de buen 582023

Durante los años 60 comienza su transformación, comenzando a vestirse de mujer y a inyectarse silicona de manera clandestina proporcionada por la también televisiva Marisol, que inyectaba a las travestis en su propia casa con su husky correteando alrededor. Durante esa época, su éxito como cantante de coplas y cuplés en diversos locales barceloneses comienza a declinar y se ve abocada, ya como mujer aunque, como diría la veneno, con tiburóna ejercer la prostitución. Pero su estrellato definitivo llega con ' Crónicas marcianas ', donde se convirtió en uno de los frikis protagonistas del inolvidable show comandado por Xavier Sardà. En FormulaTV le rendimos homenaje a la entrañable Carmen recordando, desde el cariño y con un poco de ironía, algunas de sus mejores frases reales, no de los fakes que pululan por Internet y las redes sociales dichas en televisión. Todo un tratado de buenas maneras en sólo 8 palabras. Basta de usar expresiones anglosajonas como WTF cuando tenemos, en castellano, la frase perfecta para mostrar extrañeza, estupefacción o confusión.

Un compañero de departamento, acababa de dejarme en el Pierre Elliott Trudeau, el aeropuerto internacional de la ciudad. Suerte que me acompañó en su perfectamente preparado 4x4, de lo contrario, no hubiese podido llegar. Estaban cerrando las carreteras y los mensajes de la montada, pasaban de recomendar no andar, a prohibirlo. La previsión era que los primeros vuelos, despegarían con entre cuatro días y una semana de retraso. Llamé a mis padres para explicarles lo que ocurría y quedé en contactar de nuevo con ellos en cuanto tuviese confirmado el revoloteo de regreso a Madrid. La localización parecía realmente grave. Me giré y me encontré cara a cara con un chico. Me era conocido, ya no conseguía ubicarlo.

Una noche que no tenía nada que hacer, pues mi novia se acababa de largar con sus amigas, a su semanal noche de chicas decidí ir a probar fortuna y descubrir por mi si aquello era alguien. Cuando terminé de vestirme y acicalarme, me dirigí todo caliente y morboso al susodicho pub liberal. Aquello parecía un club cerrado, pues hube de llamar a la puerta y abrieron una pequeña ventana que había en la puerta, al ver que yo tenía atractiva presencia, me permitieron acceder en el pub. Comencé a beber lenta y pausadamente y percibí que en aquel pub nada se movía. Pasaban los segundos morosamente y al cabo de cuarenta minutos cuando ya estaba a punto de irme por hastío y aburrimiento, la tetona madama me llamó: —oiga Ud. Yo enfilé mi corto camino hacia la madama que me esperaba de pie y me puse a bailar con ella. Ella me soltó: —Ricardo —revelé yo. Ya ha tenido un infarto y un amago y no quiero que, en plena follada, la doble —prosiguió Virginia. Mientras bailaba agarrada a Virginia, pude descubrir sus redondas formas sexuales a pesar de que la luz estaba apagada para dar morbo en el encuentro.

Soy Bartolo, un hombre de 50 abriles que puso un anuncio para acordar con casados para que me mostraran fotos de sus esposas y verlas mientras él me masturbaba y me chupaba el cipote. No tardó en responder a mi anuncio Aniceto, de 56 años y con la fantasía de pajear la polla de un macho mientras exhibe fotos de la guarra de su mujer. Aniceto llevaba décadas con la fantasía de anatomía cornudo, pero ella no quería aguar con otros hombres, así que con la llegada de Internet quiso al menos experimentar el morbo de exhibirla desnuda a un macho que le dijera guarradas sobre ella y masturbarlo e incluso chuparle el cipote. Me acuerdo perfectamente que fue un jueves la primera vez que quedamos. Desayuné un par de tostadas con poso de lomo, me bebí un café bien cargado y una copa de coñac, subí a mi vehículo y con un CD de Los Chichos sonando tomé la autopista. Dentro de unos límites, claro, que una cosa es una mujer rellenita como Gertrudis y otra cosa muy diferente una elefanta. En algunas salía Gertrudis vestida con ropa ajustada y provocativa, en otras salía en la playa con bikini y también en topless, en otras salía con lencería, en otras metiéndose un consolador por el altramuz y en otras follando con Aniceto. Aniceto escuchaba con atención los comentarios groseros que yo hacía sobre su esposa mientras se acariciaba el atadijo.

Con ella soy totalmente feliz y lo paso genial en todos los sentidos. El centro de este relato son los coñitos peluditos. Me obsesionan y me encantan. Yo creo que la culpa de toda esta obsesión es por el hecho de no acaecer estado nunca con una chica con el coñito en condiciones con sus pelitos como la naturaleza nos lo prepara. Con el paso de los años reconozco que me he ausente obsesionando un poco. Resulta que hace unos meses me dio por aovar un anuncio en vuestra revista, diciendo simplemente que me gustaría contactar con una chica con un chocho peludito. Sinceramente no me esmeré mucho en el anuncio porque nunca pensé que nadie respondiera.

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