En todo amor humano debe entenderse que cada hombre le promete a la mujer, y que cada mujer le promete al hombre aquello que sólo Dios puede dar, a saber, la perfecta felicidad. Prometo serte fiel así en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad. Te amaré y respetaré hasta que uno de nosotros se vuelva infeliz. Indudablemente, hay numerosos casos de divorcio. Me gustaría solamente centrarme en un problema que creo yace por debajo de muchos matrimonios que se separan: conscientemente o no, esperamos que nuestro cónyuge y matrimonio nos hagan perfectamente felices. Él sabía que si hacemos de cualquier cosa un ídolo, eventualmente quedaremos vacíos. Sólo Dios puede satisfacer el anhelo que tienen nuestros corazones de un amor y felicidad perfectos. Aun así tendemos a buscar en el otro, el amor que sólo Dios nos puede dar.
Síntomas de la infelicidad Hay varios síntomas que son habituales en personas que son infelices de forma alargada en el tiempo. Ves solo el lado negativo pese a estar en un buen momento de tu vida. Asumes el rol de víctima en lugar de asumir la responsabilidad sobre las situaciones e intentar cambiarlas y mejorarlas. Te autosaboteas en el logro de metas o, si las logras, no las disfrutas porque asumes que no las mereces. Te centras en preocuparte cuando las cosas no salen como te habría gustado, en vez de intentar aprender de lo sucedido. Huyes de tus problemas o te evades a través del alcohol, drogas o sexo en lugar de enfrentarte a los mismos.
El psicólogo de la Universidad de Chicago Fred B. Así pues, la felicidad se encuentra en los pequeños detalles. Pero también la infelicidad: realizar una y otra vez algo que enfade a nuestras parejas es la mejor forma de erosionar, poco a algo, nuestra confianza. En muchas ocasiones, un gran proyecto, como puede ser un viaje a un destino exótico o una cena inesperada, aunque agradable, puede ser simplemente una forma de embozar un problema de fondo. Es preferible vivir un día a día adecuado que desvivirse en grandes gestos.