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Frases de Amor

Gustaria mirarme haciendolo muchas 597659

No lo sé. Que sepa dónde quiere estar y ese lugar sea siempre a tu lado. No sé si fue la casualidad o el destino, realmente me da igual, solo me importa haberte conocido. Desde que llegaste a mi vida le diste el toque de ilusión que antes le faltaba. Que no se quiera ir a pesar de nada. Despedidas que se atragantan en el alma y nunca sale la espina que nos clavan. No sé ni cómo lo haces. Hace tiempo que quería hacerlo y nunca encontraba el momento.

Los recuerdos quedan para siempre. Dejaré que te metas bajo mi piel y que comiences a ocupar todos mis pensamientos Esa persona que tanto deseas, llega con fuerza y se mete dentro de ti casi sin permiso. Al contrario, puede intensificar el sentimiento. La distancia puede impedirnos que nos tomemos de las manos, pero jamás de sonreír mientras recordamos La jalón puede ser física, pero no mental. Mi gran problema no es tu presencia en mis sueños, sino tu ausencia en mi realidad No podemos controlar lo que sentimos por esa persona, por mucho que queramos 9. Hay canciones que si cerramos los ojos, por arte de magia se convierten en recuerdos Las personas solemos asociar los recuerdos a esas personas especiales para nosotros.

Porque contigo puedo mostrarme tal y como soy. Porque soy libre de amarte y cada día me das motivos para elegir estar contigo. Porque a tu lado no existe la rutina: cada momento cuenta. Porque las cosas que me parecen raras de mí misma, a ti te parecen un encanto. Porque siempre puedo contarte las cosas que me molestan y al terminar me das motivos para anatomía feliz.

O porque la gente sufre durante décadas, o porque muere sin merecerlo, o porque los malvados hacen y deshacen a su antojo. Como en la vida misma, ciertamente. Por eso, designar un espacio como el que reza el título de esta entrada es una decisión que, en el albur de un lector como yo, cuya aspiración en todo caso sería la de vivir tranquilo, no tiene muchas alternativas: quisiera compartir con Pedro Salinas la felicidad que sintió en San Juan de Puerto Rico, durante aquellos años en los que compuso su poema El contemplado. Vivir, por antonomasia, donde De tanto mirarte, nos salvemos.

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